Hoy
os quiero presentar la ciudadela de Celestino Solar, también
conocida como "ciudadela de Capua", la cuál representa uno
de los modelos de vivienda obrera en Asturias.
Las
ciudadelas fueron habitadas por la clase obrera gijonesa a finales
del siglo XIX y durante gran parte del siglo XX. En Gijón llegaron a
documentarse más de doscientas ciudadelas, siendo la más
representativa la de Celestino Solar. Construida en 1877 en la calle
Capua, estaba formada por 23 casas y permaneció habitada durante más
de un siglo.
Plano de la ciudad.
Vista aérea de la ciudadela.
La
visita a la ciudadela de Celestino Solar se organiza en dos áreas:
Patio
Pequeño:
En
él se recrea una parte de las antiguas viviendas a partir de los
planos levantados en 1974 por el arquitecto municipal Enrique Álvarez
Sala. Asimismo, se han reconstruido los aseos correspondientes a este
patio. En el interior de las viviendas se presentan testimonios
orales de las personas que vivieron en este lugar, además de un
recorrido por la historia de la ciudad durante el período que
permaneció habitada la ciudadela.
Viviendas a las que se puede acceder con la visita guiada.
Aseos reformados.
Para que os hagáis una idea de cómo se ve una persona desde dentro de la casa tipo.
Restos reales de los suelos embaldosados de la época.
Patio
Grande:
Convertido
en plaza con la creación de una zona ajardinada, conserva los muros
maestros de las antiguas viviendas, restos del suelo original de las
cocinas de las casas, las aceras y el cierre de la antigua
ciudadela.
Para
conocerla en profundidad, es recomendable realizar una visita
guiada,
ya que nos permiten acceder al interior de las viviendas recreadas
donde podremos ver un audiovisual que recoge los testimonios de las
personas que vivieron allí. Estos espacios están tabicados
siguiendo la distribución original. Se visita también otro grupo de
casas, no tabicadas pero que conservan las trazas originales en el
suelo, se ubican los ordenadores interactivos que nos muestran la
historia de Gijón durante el tiempo en que la Ciudadela estuvo
habitada.
¿Qué
son las ciudadelas?
El
desarrollo industrial de Gijón comienza a ser un proceso consolidado
a partir de 1875. Surgirá entonces el problema de la escasez de
vivienda, que fue adquiriendo mayor importancia a medida que avanzaba
el siglo XX. Como respuesta a la necesidad de alojamiento de la clase
obrera, nació un tipo de vivienda que se extendió por toda Europa e
inundó algunas zonas de Gijón, como es el caso del barrio de El
Arenal. Se trataba de las ciudadelas, un modelo que agrupaba varias
casas dentro de un patio o cercado, sin fachadas a la calle y con
retretes colectivos. Estas casas, promovidas por particulares, eran
ocupadas en régimen de alquiler por las clases populares. Las
condiciones de habitabilidad eran muy deficientes: las casas no
tenían agua corriente , alcantarillado, ni luz eléctrica. Además,
la baja calidad de los materiales constructivos y la escasa
ventilación hacían de la humedad un grave problema que incidía en
la propagación de enfermedades respiratorias entre sus habitantes.
¿Quienes
vivían en la Ciudadela de Celestino Solar?
Estas
casas estaban habitadas por el matrimonio, los hijos, entre dos y
cuatro, y los padres de alguno de los cónyuges. El número de
mujeres solas, viudas o solteras con hijos era muy alto. En algunos
casos, llegaron a compartir un espacio de treinta metros cuadrados
hasta once personas. La mayoría de los hombres trabajaban como
albañiles, obreros en fábricas y talleres o artesanos. Las mujeres,
casadas, viudas y solteras, estaban obligadas a trabajar. El jornal
femenino, más que un ingreso extra, era imprescindible; en especial,
en los momentos de desempleo de los hombres.
¿Cómo vivían en la Ciudadela de Celestino Solar?
La
vida de los habitantes de la Ciudadela de Celestino Solar no era
fácil, ya que el salario familiar apenas alcanzaba para cubrir las
necesidades básicas. Los momentos de asueto eran escasos y el ocio
casi inexistente. La Ciudadela de Celestino Solar fue habitada por
unas cien personas que compartían cuatro retretes, dos en el patio
grande y dos en el pequeño. Todos vivían a la vista de todos y se
conocían desde siempre. La solidaridad entre vecinos se manifestaba
en los momentos difíciles, aunque también eran frecuentes los
conflictos de la vida diaria que surgían, en general, por las
labores de limpieza comunes. Nunca hubo agua corriente, ni luz
eléctrica. Las mujeres y las niñas hacían varios trayectos al día
cargadas con cubos hasta la fuente más cercana, situada donde ahora
se encuentra el mercado de San Agustín.
A
mediados de los años cincuenta, tras las reiteradas protestas de los
vecinos, se colocó una fuente en el Patio grande. En la calle Capua
hubo un lavadero entre 1889 y 1893, pero después de esta fecha, las
mujeres tenían que realizar la colada en el lavadero de Los Campos
de la calle Alarcón. Las compras se hacían en los comercios de
ultramarinos de la zona. Se compraba a crédito y se pagaba el día
de cobro o en pequeñas cantidades cada semana. La alimentación
consistía básicamente en potaje para la comida fuerte. Sólo se
consumía carne en el cocido de los domingos. La merienda de los
niños consistía en las natas de la leche del día con algo de
azúcar, a veces manteca y pan o una onza de chocolate. La forma de
vida dentro de la ciudadela evolucionó muy poco desde su creación
en 1877 hasta los años sesenta del siglo XX. En este momento,
comenzó a ser deshabitada y su población fue trasladándose hacia
los nuevos barrios obreros de la ciudad: Pumarín, El Llano o
Contrueces.
Como ya he mencionado anteriormente, la ciudadela se encuentra en la calle Capua, está en el número 15 y se puede visitar en los siguientes horarios:
Desde Octubre a Abril desde las 10 hasta las 18 horas.
Desde Mayo a Septiembre desde las 11 hasta las 20 horas.
Desde Octubre a Abril desde las 10 hasta las 18 horas.
Desde Mayo a Septiembre desde las 11 hasta las 20 horas.
Ésta es la entrada desde la calle:
Toda
esta información y más, la podéis encontrar en la siguiente página web de los Museos de Gijón.
Nos leemos ;)
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